Llegar al punto en el cual sentimos y creemos que ya lo hemos hecho todo es una mentira. El único punto en el cual ya se hizo todo es inmediatamente después de morir. Mientras tanto, la diferencia en tiempo que existe entre el punto imaginario situacional de frustración en la vida y el de la muerte es un espacio de oportunidad para que se hagan cosas que nunca jamás se han hecho. Puede ser que le haga falta creatividad. Puede ser que sea necesaria más presión. ¿Será que estamos esperando que alguien arregle la situación por nosotros?
Si bien es cierto que al llegar a este punto es posible que el nivel de frustración, ansiedad, desesperación, desesperanza estén en un alto nivel, aún hay oportunidad de seguir. Hacer otras cosas, ir más allá, seguir creando para seguir avanzando. Puede ser que haga falta descubrir muchas otras maneras de descubrir cómo no se hacen las cosas para encontrar la manera correcta de hacerlo. ¿Qué no se ha hecho, qué no se ha evacuado? Si hay tiempo hay oportunidad de seguir aprendiendo y avanzando.
La alternativa a lo anterior sería el último hecho, morir. Y por instinto de supervivencia es más que normal que eso no ocurra. Así que mejor es continuar trabajando y solucionar de manera puntual problemas que se vienen presentando. Si, todo esto amerita un ensanchamiento en la capacidad de autorregulación para seguir enfocados en la tarea entre manos y no permitir que el agobio se apodere de nosotros.
Debemos seguir siendo los protagonistas de nuestras vidas y ver esto como una oportunidad para crecer y apoderarnos de los que nos corresponde en la vida. Es el momento de hacer la diferencia. En momentos como este nos hacemos los protagonistas de nuestra historia y nos separamos del resto y hacemos nuestro propio camino.
¿Queremos ser los protagonistas de nuestras vidas y demostrarnos que si podemos? Las víctimas esperan un rescate o premio de consolación por haber llegado tan lejos.
¿Hasta que punto seguir luchando sería la siguiente pregunta? La respuesta más cercana a esta pregunta viene extraída de enseñanzas de John Maxwell de su libro Las 15 Leyes Indispensables del Crecimiento cuando explica la Ley de la Escalera.
La idea esencial de esta Ley es que cada quien podrá crecer hasta el punto que su propio carácter se lo permita. Es un tema de carácter, es decir, de hábitos grabados en nuestro inconsciente que nos permitirán seguir haciendo las cosas no importando que pase en nuestro entorno. Simplemente es la forma en que operamos en automático. Por eso, entrenar el carácter es una de las mejores inversiones que se puede hacer pues hay algo garantizado en esta vida y eso es la tribulación para todos nosotros.
Ahora, existen unos límites que cada quien establece en su vida, que no son negociables, esos son sus valores, por ejemplo, la honestidad, la integridad, la transparencia entre otros. También, pueden entrar aquí el tiempo con la familia, amigos y a mantenerse saludable. Al final debemos seguir adelante, sobreponer nuestros ánimos y mientras haya vida tenemos que ponernos bien la cabeza entre nuestros hombros y seguir adelante, siempre que no entremos en conflicto con aquellas cosas que son realmente importantes y que hacen que nuestra vida tenga sentido, bases y estructura sólida.
La reflexión que invito a hacer es sobre el tipo de carácter que nos respalda. ¿Cómo operamos en automático? Esa es una oportunidad de crecimiento que permitirá ampliar y aprovechar nuestro potencial.
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