Todo en lo que uno se concentra crece. Todo inicia con un pensamiento que genera un sentimiento, los cuales generan una acción como respuesta. Nuestras acciones continuadas generan comportamientos para convertirse luego en hábitos. El conjunto de hábitos crean el carácter y personalidad y de allí provienen nuestros resultados, para bien o para mal.
La base de los pensamientos son las improntas de la niñez, creencias familiares, valores, resultados de los golpes o aciertos de la vida y del aprendizaje. De los anteriores, tenemos completo control sobre el aprendizaje y eso es suficiente para modificar la cadena de relaciones causales que acabo de detallar, tanto para atrás como para adelante. Mas allá, el aprendizaje se puede considerar como una herramienta eficaz para hacer la cirugía necesaria desde el consciente al inconsciente. Eso sí, debemos ser intencionales para que sea una cirugía exitosa.
El potencial del aprendizaje es inmenso para casi cualquier persona hoy por hoy. Llevar el aprendizaje a resultados tangibles para una vida con sentido es algo mucho más escaso, que no debería serlo, y esto me motiva a escribir sobre este tema. Ese aprendizaje, dada su inmensidad, debe ser enfocarlo sólo en dos áreas. El área relacionada con su propósito de vida y el área para su crecimiento y desarrollo personal. En éstas áreas nunca hay que parar de aprender!
Estas dos áreas se complementan la una con la otra, pues en la medida que se va cumpliendo ese propósito de vida, el desarrollo personal nos va enseñando como disfrutar ese recorrido al lado de las personas que amamos, pudiendo hacer llegar toda esa energía positiva a la mayor cantidad de gente posible. Al final, el mundo nos necesita a cada uno de nosotros por lo que esencialmente somos. Todo este proceso implica liberarnos de tanto egoísmo humano para entregarnos al servicio de los demás, exista o no dinero de por medio. Ese es un secreto poderoso para revitalizar a cualquier persona y encaminarla hacia la felicidad.
Retomando, el aprendizaje debe enfocarse. El aprendizaje relacionado con el propósito de vida ¿dónde y cómo comienza? ...pues primero hay que tener claro cuál es ese propósito de vida o estar trabajando para saber cuál es. Ya con estar trabajando en ello se están descartando una gran cantidad de distractores y se estarían evitando pésimas decisiones, que no llevan a ningún lado. Mucho dicen que el ser humano tiene dos importantes días en su vida, el día que nace y el día que sabe: ¿para qué nació? En el primero casi la totalidad somos exitosos, en el segundo cada quién sabe su respuesta. Por experiencia, he visto que en esta área existe un gran vacío. Casi siempre se identifica el propósito de vida como el objetivo del momento. Por ejemplo: estudiar un posgrado, hacer bien mi trabajo, con este trabajo ahora si estoy hecho, aguantar hasta que me echen, cuidar un enfermo, criar y educar bien a mis hijos, apoyar a la familia, entre otros. Algunas de esos objetivos pueden tener mucho sentido en su momento pero no son un propósito de vida, aunque si pueden hacer temporalmente parte de un propósito de vida real.
El propósito bien trabajado es la esencia o extracto de la combinación entre la misión, vocación, profesión y pasión de cada persona. Este puede ser un trabajo guiado o también "googliado", sin duda muy importante para todos. Avanzando en este trabajo estamos haciendo honor y dando valor a nuestra propia vida. Dada su gran importancia nosotros hemos diseñado un Ebook gratuido y un Curso pagado (haz click aquí para información sobre el Ebook gratuito y el Curso pagado) para aquel que lo necesite y así pueda avanzar en ello. Además, no puedo dejar de decir, que al avanzar en el propósito de vida se está fortaleciendo la principal fuente de energía vital y automotivación que una persona puede tener.
Teniendo mayor claridad sobre nuestro propósito sabremos en que áreas tiene sentido incrementar nuestro aprendizaje. Así, nos iremos haciendo especialistas reconocidos en esa área en la misma medida que lo compartimos y queremos que todos se beneficien de ello. Dada la energía y la pasión con que lo hacemos se vuelve contagioso. Eso es una belleza. Recordemos que es más importante "cómo se dice" de "qué se dice", esa diferencia la de la energía positiva que imprime estar en el propósito de su vida.
Buscar intencionalmente ser bueno en algo que nos apasiona y poderlo compartir con los demás de esta manera, tanto que algunos o muchos querrán pagar por ello, va a traer reconocimiento. El reconocimiento inicia desde que se toca a la primera persona, no tienen que ser muchos ni que haya dinero de por medio. El reconocimiento comienza allí y en ese preciso instante comienza a fortalecerse de una manera acelerada la autovaloración del que lo está llevando a cabo. Esa autovaloración lleva a un mayor empoderamiento y más energía para seguirlo haciendo pero ahora con mayor decisión y empeño. Construyendo así un círculo virtuoso de desarrollo y crecimiento.
Una sana autovaloración y empoderamiento llevan a una persona a creer que puede lograrlo y que su palabra es valiosa. Es decir, evoluciona en su posicionamiento social, en cómo se ve como parte importante de la familia y la sociedad y la forma como se comunica y espera lograr resultados en su entorno. Y siendo intencional en continuar con el aprendizaje en su propósito y desarrollo personal podrá aumentar su influencia y liderazgo con el tiempo. Como resultado se podrá mantener en un espiral ascendente que cada vez se hace mas ancho y crece más rápido dado el efecto compuesto que van teniendo todas estas acciones.
Una persona con una sana autovaloración y empoderamiento se beneficia de unos efectos indirectos muy importantes. Es una persona ocupada, apasionada, segura, poco le interesa meterse en los asuntos que no la han llamado, siempre está generando valor, comparte su valor, se comunica bien, se relaciona bien, está satisfecha consigo misma y su entorno, admira y aplaude los progresos de los demás, compite sobre todo con ella misma y es muy competitiva en su campo ¿Quién no quiere estar en esa zona de alto valor?
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