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La meta o el recorrido

Actualizado: hace 2 días

La vida de hoy nos plantea desde un inicio temprano tener metas. Es más, se ve bastante bien tener cierto nivel de ambición en esas metas. Ir alcanzando metas a lo largo de nuestra vida y si es más pronto mejor, querría decir que vamos a llegar lejos. Aplausos por haber llegado a la meta.


Entonces tenemos miles o millones de personas en el planeta persiguiendo metas y alcanzándolas. ¿A quién beneficia alcanzar metas? ¿Qué metas? ¿esas metas en qué están fundamentadas?...Creo que todos nos hemos planteado metas y también hemos disfrutado de alcanzarlas. Poca atención prestamos al recorrido, si se sufrió o si se disfrutó o ambos o ninguno de los dos. Lo curioso es que la duración del recorrido para llegar a la meta es mucho más largo que el momento de la llegada, eso no dura nada! Y ¿Qué pasa después que llegamos a esa meta?



Si el recorrido dura tanto respecto a la meta ¿no deberíamos ser tan enfocados en el recorrido como en la meta? Es decir, volvernos expertos en hacer buenos recorridos y disfrutarlos podría ser muy valioso pues pasamos la mayoría del tiempo en ellos. La vida se nos va en recorridos de diferentes metas. La llegada a las metas son solo momentos.


Una vida plena está muy relacionada con la cantidad de momentos memorables que tiene a lo largo de la misma y muchos de estos momentos seguro están relacionados con la llegada a unas cuantas metas, pero, no serían esos muy pocos momentos comparados con todos los posibles si pudiéramos hacer de los recorridos jornadas de aprendizaje, disfrute y remembranza. Al final la cuestión es ¿Cómo hacemos para volvernos más hábiles en hacer que cada minuto y hora de nuestra vida valga la pena recordarlo? ¿Hay algún secreto al respecto?


La respuesta a esta pregunta es amplia. Trataré de acercarme a una respuesta pero no tengo duda que quedará haciendo falta mucha información al respecto. No obstante, le daré la referencia más importante que me ha motivado a escribir este blog, se llama "El poder del ahora", libro escrito por Eckhart Tolle.


El recorrido, el proceso, el sentido de vida, son diferentes formas de llamarlo. Por su duración, es muy importante hacer de este recorrido una fuente de disfrute de la vida. La clave está en saber vivir el momento, saber vivir el presente, saber vivir el ahora. El presente es lo único con que contamos. Si podemos aislar el presente de nuestro pasado y sus consecuencias emocionales, y adicionalmente, aislamos el presente de la ansiedad que causa la incertidumbre del futuro, estaremos en una mejor posición para crear de nuestro momento presente algo mucho más memorable.


Cuando despejamos el presente de los efectos del tiempo podemos aprovechar todo lo que realmente somos, todo nuestro ser y se lo podemos dedicar. Nos estamos entregando completamente, se convierte en una experiencia atemporal y completamente vivencial, se convierte en vida pura ese momento. La claridad, creatividad, emociones que se generan en momentos así son más puros y reflejan lo que realmente somos, sin las mantas que nos cubren, ni corrosiones o preocupaciones. Que bien suena y mejor es vivirlo en la cotidianidad.


Por supuesto que una vida así, un recorrido así, multiplica los momentos memorables, no los ciñe al momento de la llegada a una meta. Todo lo contrarío, los amplía a los momentos en los que nuestro ser se pudo mostrar tal y como es y se entregó. Esos son grandiosos momentos para recordar siempre. ¿Nos vamos a enfocar en el recorrido o las metas?

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