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La dirección

Actualizado: 18 dic 2021

La dirección es una y solo una, además es un sustantivo, no un verbo. Hago este énfasis porque partiendo de algo que es aparentemente obvio ya estamos aclarando muchos malos entendidos sobre el tema. La dirección donde uno vive es un caso, la dirección del plan de vida es otro, la dirección empresarial es otro, tienen algunas diferencias entre sí pero parten del mismo concepto. En todos ellos, la dirección es una y solo una. Cuando hay varias direcciones se ejerce una contradicción total porque la segunda, tercera o cuarta dirección son en sí una negación de la primera. Lo mismo ocurre si se habla de alta, media o baja dirección. Además, la dirección ha de ser detallada y específica en todos los casos.


Por ejemplo, aplicado al caso del lugar o dirección de vivienda. No es posible, y más vale que nunca lo intentemos comprobar, pretender aplicarlo a la vida personal, de pareja o familiar y decir que vivimos más o menos en el apartamento "305". Es decir, si llegamos a dormir al apartamento "304" o "306" no importa porque llegamos suficientemente cerca al objetivo; lo mismo si llegamos al "205" o "405", un poco arriba o abajo no está tan mal. Ese nivel de acercamiento aunque tiene algún mérito será inaceptable en ese contexto y si se repite en varias ocasiones ya nos imaginamos las causas y las consecuencias. Creo que eso aplica para cualquier miembro de la familia.



Si extendemos esta apreciación a la dirección del plan de vida personal también es válido. Nuestro plan de vida, que hemos de ser intencionales en tenerlo, revisarlo, actualizarlo y darle seguimiento, también ha de tener una dirección. Si no tenemos plan de vida, estamos renunciando inconscientemente a nuestro gran potencial y a pertenecerle a otro. Mucho cuidado con esto. Volviendo, este plan de vida tiene dirección. Y de lo más importante de conocer esta precisa dirección es que sabemos que todo lo que esté por fuera de ella son distracciones que pueden alejar del objetivo temporal o definitivamente.


Y apelando a la física de décimo grado, un vector de coordenadas me especifica la dirección de la flecha y también la magnitud de la fuerza con que dirige esta dirección. Muy importante este concepto porque en el plan de vida al mantener nuestra dirección constante cada vez la magnitud o fuerza de avance es mayor si estamos haciendo bien la tarea. A esto le podemos llamar experiencia, aprendizaje, desarrollo, crecimiento o en términos financieros el efecto compuesto. Si cambiamos de orientación estaremos sacrificando parte de la fuerza ganada previamente; aunque reconozco que en la vida existen leves cambios de orientación que compensan leves reducciones en fuerza momentáneamente.


E igualmente que en el caso de la dirección de la vivienda, saber exactamente a donde queremos llegar en nuestro plan de vida nos evitará las distracciones que están alrededor de nuestro objetivo, que por muy buenas, cercanas o atractivas que parezcan terminarán siendo una pérdida de tiempo y esfuerzo que pudo ser mucho mejor empleado. Volvemos aquí al concepto del efecto compuesto.


Para identificar la dirección del plan de vida hay que conocerse interiormente para saber a qué puerto aspiramos llegar y que recorrido vale la pena disfrutar con todos sus altos y bajos. Es decir, desde su inicio, el plan de vida debe tener como su fuente de inspiración el propósito y sentido de vida propio. Ese propósito es el resumen de cuatro áreas de desempeño: profesión, vocación, misión y pasión. La profesión nos pagan por hacerlo, la vocación sabemos hacerlo bien, la misión el mundo lo necesita y la pasión deseamos hacerlo. Algunos autores como John Maxwell le dan un mayor peso a la pasión. Puede ser, pero nunca deje de ver todos los demás. En mi caso, me inclino más a recomendar el equilibrio de los cuatro. El sentido de vida gira más en torno al estilo para lograr ese propósito. Ese es un tema muy importante fuera del alcance de este blog.


Esta combinación saludable entre el plan de vida y el propósito nos acercan mucho al alto desempeño que hablé en mi blog de hace dos semanas. Ese alto desempeño en el cual se disfruta el recorrido, sin estrés, viviendo la vida bien, como todos lo merecemos. "La vida es sencilla pero difícil de mantener así" y "La persona más difícil de liderar es a uno mismo" son frases breves de John Maxwell que aplican muy bien para este caso.


Para terminar, si queremos aplicar la dirección a la organización y todos los individuos saben de qué se trata la dirección a escala personal, la tarea se simplifica enormemente y me da la sensación que casi no tengo que dar muchos más detalles. Si uno, los líderes de la organización deben conocer tan bien o mejor que todos los demás de que se trata la dirección de su casa (integridad demostrable) y la dirección de su plan de vida útil para lograr experiencia y empatía con sus seguidores. Después deben saber escuchar, comunicarse, confiar y ser de confianza e influir (liderazgo genuino). Al nivel organizacional confluyen todos los esfuerzos y comportamientos anteriores, también es donde se notarán las fallas. En este caso es importante no cubrir estas falencias con imposiciones autoritarias. Ninguno es perfecto, ni los líderes ni los seguidores, ni las organizaciones. Eso sí, se facilitará el proceso y la vida cuando sabemos cuál es nuestra dirección!



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