Filipenses 3:14: "Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante".
Reflexión:
Todos los días son una oportunidad para extenderte hacia adelante y soltar o desprenderte de lo que ya pasó, sea bueno o malo. Pensar y gastar energía en el pasado poco sentido tiene cuando realmente la necesitas para tu presente y futuro. El pasado es un caso cerrado del cual solo se rescata el aprendizaje.
Ese futuro necesita energía para lograr sueños, hacer planes, ejecutar actividades con disciplina y excelencia. Es importante saber que futuro queremos para así extendernos a él. La vida nos puede haber jugado malas pasadas, derribado nuestros planes y diezmado nuestras fuerzas.
Además cuando todo cambia tan rápido y existe tanta incertidumbre puede parecer abrumados tener un sueño y plan teniendo tantas factores externos en contra de él. Pero siempre hay algo que esta bajo nuestro control y completa dependencia y es allí donde ponemos nuestra energía. Para identificarlo puede ser necesario un buen nivel de autoconocimiento.
Y qué si a pesar de extendernos al futuro nos quedamos atascados en el pasado. Lo intentamos una y otra vez y seguimos patinando. En estos casos hay que reflexionar sobre que no hemos aprendido aún de esta situación, porque en este momento nos hace falta aprendizaje para superar el obstáculo. Normalmente sabemos qué es lo que hay que hacer pero buscamos excusas o paños de agua tibia. Hay que tener coraje y actuar. Aplicar las lecciones del pasado es indispensable para extenderme al futuro. Es decir, el pasado no solo lo suelto, también lo utilizo como insumo de aprendizaje de aplicación necesaria para avanzar al futuro.
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