Cuando uno era novio antes de tener 20 años, uno iba a visitar a la novia y se quedaba horas y horas y así lo hacía cada día que podía, si era todos los días mejor y si era dos veces al día mejor aún. Lo cierto es que uno y su novia estabamos contentos, pero ese sentimiento no era compartido necesariamente de manera generalizada por todos los miembros de la familia. Nunca faltaba la suegra y su mala cara repentina, la cuñada a veces simpática y otras veces no, y le hermanito menor siempre jugando y llegando en mal momento a la sala. ¿Les suena conocida la historia?
Estas situaciones cuando llega un invasor a los espacios íntimos de la familia genera alguna incomodidad y confronta a las personas con sus realidades, creencias y capacidad para autoregularse. Si no se regulan pueden terminar hechando a patadas al yerno y dañándole el día o el noviazgo a la hija y quien sabe que más. La historia podría ser interminable y con variantes válidas para cada caso.
Permítame decirle algo, el yerno en algún momento se fue o se va ir, si es que usted está pasando por esa situación actualmente. Ya sea porque termine la relación con su hija o se case con ella, pero ya no lo tendrá que ver tanto. Merecido descanso para todos. Seguro que para él tampoco era tan agradable verlos a todos ustedes todos los días o de pronto sí, pero allí todos tenían sus intereses y manejaban la situación de la mejor manera posible.
La gran diferencia es que el teletrabajo nunca se va a ir y también ha llegado a incomodar en varios aspectos sus espacios y momentos íntimos. El teletrabajo nos confronta con nuestra realidad familiar y las capacidades de adaptarnos y autorregularnos, igual que aquel novio. Además, para los que salir a trabajar era terapéutico, pues esa terapia se terminó.
Ahora, la casa debe darle la bienvenida a este intruso que llegó para no irse. A cada habitante de la casa le está tocando su respectiva dosis de este nuevo novio. Este nuevo novio los trajo a todos de regreso a la casa, es posible que haya más de un intruso en su casa. ¿Seré yo? Si, de pronto es usted, o su pareja, o su hijo o hija; además del teletrabajo.
Todos estamos a prueba y todo tiene solución. Pueden existir soluciones radicales o incrementales. Volver a la casa ha incrementado las estadísticas de depresión, insomnio, maltrato, ansiedad, divorcios y embarazos. Hay de todo. Solo en EE.UU. el consumo de antidepresivos se incrementó el 600% el año pasado. El teletrabajo está directamente relacionado pues de esas horas adicionales que pasamos en casa todos los días, de 6 a 8 horas son dedicadas al trabajo o estudio.
Es un hecho que los tiempos cambiaron, en el 2020 más que nunca. Eso quiere decir que nosotros, todos, también debemos de hacer una gran cambio o adaptación. El ser, el saber y el hacer de cada uno de nosotros ha de adaptarse. Y para ser efectivos en el teletrabajo también ha de adecuarse la infraestructura, espacios, equipos, accesorios, temperatura, ruido, independencia e interacción, por mencionar algunos.
Sabemos que es un reto para todos. A nosotros, Claudia y a mi, nos han llegado varias solicitudes para ayudar al personal de empresas a manejar mejor esta situación. Los temas de particular interés son la actitud, la gestión del tiempo, las herramientas tecnológicas como el software que lo facilita o todo en general.
El teletrabajo no se va a ir como aquel novio de alguna temporada. Éste llegó para quedarse. Algunos dicen que las empresas que no inviertan por lo menos el 10% en tecnología quedarán rezagadas, podría ser una buena comparación. ¿Cuanto está invirtiendo en usted para hacer este ajuste? ¿Por lo menos de su tiempo, cuanto está invirtiendo? Sea intencional y aproveche muchas charlas y videos, muchos de ellos gratuitos, todos disponibles en internet. Nosotros producimos algunos de ellos en nuestro programa Neuroshots en IVOOX. Es mejor aprovechar la corriente que nadar contra ella!
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