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Comenzar de nuevo

Actualizado: 18 dic 2021

El fantasma que casi todo emprendedor debe afrontar en algún momento de su carrera es comenzar de nuevo, la quiebra y la recuperación. Incluso más de una vez, si son dos o tres o cinco no sería raro. Un fantasma muy parecido lo enfrenta el empleado cuando pierde su trabajo. Sin embargo, el empleo o trabajo es hasta cierto punto recuperable en menor tiempo.


La gran diferencia en los dos casos es que en el caso del emprendedor, cuando es de sus primeras experiencias, tiende a hacer de este un proceso lento y doloroso. A veces, simplemente es más sencillo terminar o vender lo antes posible, salvar lo que se puede y reiniciar más rápido. Algunos así lo recomiendan. Lo más complicado es detectar y ser hábil en identificar el momento para dar ese paso. Cuando se pierde un trabajo el trancazo es normalmente frío, repentino y sin anestesia.



Ahora ¿realmente se está comenzando de nuevo en cualquiera de los dos casos, como empleado o como emprendedor? La verdad más plausible es que no, no se está comenzando de nuevo. Pero podría ser que sí. Intentaré explicar la diferencia.

Cualquier persona con comportamiento profesional en cualquier campo, emprendedor, empleado, independiente o inversionista, no tendría porque comenzar de nuevo en cualquier situación, ya sea quiebra o pérdida de empleo. Para nunca comenzar de nuevo hay que prepararse y ser consistente de un par de cosas.


Primero, profundizar en su área fuerte todos los días. Todos podemos tener 2 o 3 áreas fuertes. Es decir, son actividades que por el nivel de pasión y gusto con que las hacemos las tendemos a hacer mejor que los demás y a mejorarlas con el paso del tiempo y no necesitamos que nos paguen para querer hacerlas. A manera de ejemplo les digo que en mi caso particular yo tengo 2 áreas fuertes: emprendedurismo e inversión en mercados de acciones y opciones. La primera la tengo orientada mucho en el trabajo que hago hacia el exterior, la segunda la he usado hasta ahora sobre todo para consumo personal mío y de mi círculo íntimo. También tengo dos áreas "de apoyo", la docencia y la economía. Son áreas en al cuales puedo desempeñarme bien profesionalmente y que disfruto hacer, aunque en ellas me cuesta sobresalir gustosamente por largos periodos de tiempo y en algunos casos no las haría si no me pagaran por ello.


Entonces, hay que intencionalmente profundizar en las áreas fuertes todos los días, aprendiendo, conociendo, hablando, aplicando para expandir mi fortaleza, ampliarla, ser más relevante con ella. Y todo eso queda en mí. Ese conocimiento y expertise no es transferible ante ningún evento, quiebra o desempleo. Eso lo llevamos puesto en nuestro cerebro siempre. Si lo trabajamos bien, cada día será más grande y seremos más relevantes en nuestro entorno. Con todo ese conocimiento de experto, así se pase por cualquiera de estos eventos, nunca será como comenzar de cero.


Segundo, hay que reflexionar sobre nuestro día todos los días. La reflexión diaria es un ejercicio que permite que cada día no pase en vano. Cada día trae su propio aprendizaje, vivimos tantas cosas en un día y si reflexionamos sobre ello seguro que encontraremos o caeremos en conciencia de innumerables lecciones. Lecciones sobre nuestras emociones o pensamientos, de relaciones con otros que pueden ser familiares o amigos, o de forma de liderazgo en la empresa o fuera de ella. No podemos permitir que nuestra vida pase inadvertida. Cada día trae por lo menos un valioso aprendizaje.


Tenemos que reflexionar sobre ello e incorporarlo de manera consciente a nuestro archivo de lecciones aprendidas. Es muy diferente tener experiencia de 25 años a tener la experiencia de un año 25 veces. La diferencia la hace la reflexión diaria.


De igual manera que avanzar en nuestra área fuerte todos los días nos hace mas relevantes en nuestro campo de acción, la reflexión diaria permite volvernos más sabios en la vida y no nos permite que cometamos los mismos errores y potencia nuestras proyección, vida e influencia en los demás. Igualmente, toda esta información va quedando almacenada en nuestro cerebro y no nos la podrá quitar ni el peor evento externo. Nunca comenzaríamos nuevamente por completo. Ya tendríamos mucha sabiduría acumulada.


Así, comenzar nuevamente es más un susto que una realidad si hemos trabajado conscientemente en las dos áreas y actividades que mencioné arriba. Si no lo hemos hecho antes no importa, desde hoy comienza una nueva cuenta!


Más información? Conoce mis otras publicaciones en temas de emprendedurismo en https://www.altodesempeno.info/emprenderunnegocio.



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